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martes, 13 de abril de 2010

Brozas y Hemingway



El viajero ha pasado recientemente unos días en la isla griega de Amorgós, invitado a participar en el encuentro internacional Yperia 2010. Para pasar el tedio de tres horas y media de Madrid a Atenas, más nueve horas de barco entre El Pireo y Katapola (Amorgós) se ha llevado el libro de “El viejo y el mar”, de Ernest Hemingway. Un amigo mío, de viaje por Cuba hace más de 25 años, llegó a conocer a ese viejo al que el régimen castrista presentaba como a un héroe por ser la persona real en que se inspiró el escritor norteamericano de Oak Park.


Con el tiempo, en un viaje mío por La Habana, recalé en Floridita, el bar que tanto amaba Hemingway. Tomé, cómo no podía ser menos, una bebida típica del lugar: el daiquirí. Allí mismo, sentado cerca de su banqueta, la que él mismo tenía cuando se emborrachaba de continuo, a pesar de su mala salud. http://www.floridita-cuba.com/ También tuve el gusto de estar en su casa de Quinta Vigía, a pocos kilómetros de la capital cubana. Hoy es un museo que las autoridades miman con cariño y que es centro de peregrinación turística.
Allí vivió con su tercera mujer, la periodista Martha Gellborn, íntima amiga de Eleanor Rooseelvet, esposa del presidente norteamericano. La finca –una casa- la había comprado por 12.500 dólares, de los 150.000 que había recibido por los derechos cinematográficos de su novela sobre la guerra civil española “Por quien doblan las campanas”. http://fotografocubano.blogspot.com/2009/05/finca-vigia-el-refugio-cubano-de-ernest.html

De esta casa sólo recuerdo que estaba abierta al jardín, desde donde se podían ver todas las habitaciones, pero a las que no podía tener acceso. También me acuerdo de las tumbas de sus cuatro perros más queridos, a pesar de haber contado en ella con una colonia de 52 gatos y 16 perros que cuidaba una servidumbre de nueve personas.

Y alguno se preguntará qué tiene todo que ver Brozas con el Premio Nobel de Literatura. Lo cuento a continuación:

En la 27 edición de “El viejo y el mar”, editada por Planeta y de la que se han vendido 450.000 ejemplares, Carlos Pujol escribe una biografía del escritor de la que entresaco los siguientes datos:

En 1923, Hemingway conoció las corridas de toros en Madrid, Sevilla, Ronda y Granada. En Andalucía trabó amistad con lo más granado del arte de Pedro Romero, famoso torero rondeño. Ese mismo año, el 10 de octubre nacía en Toronto su primer hijo John Hadley Nicanor. Este último nombre lo llevaría por el torero Nicanor Villalta, aunque todo el mundo conocería al niño por el sobrenombre de “Bumby”.

Otro detalle: En Ronda nació la saga de los Ordóñez con el primero de ellos: Cayetano, el Niño de la Capea, padre de Antonio Ordóñez. Resulta que Ernest hacía buenas migas en 1925 con lady Duff Twyaden, una inglesa de 32 años, casada con un barón; mientras tanto la primera esposa del escritor Elisabeth Hadley Richardson, ocho años mayor que él, se sentía atraída por Cayetano, quien en una corrida le regaló la oreja de su toro.

Ambos, Nicanor Villalta y Cayetano Ordóñez , llegaron a torear en la plaza de toros de Brozas en 1927, según una crónica del periódico local “El Brocense”.

Este periodista residió durante los veranos de 1997 y 1998 en Ronda, al tener que llevar los temas de prensa de los cursos de estío de la Universidad Complutense de Madrid, y allí tuve el gusto de conocer al torero Antonio Ordóñez, quien me habló de su amistad con Hemingway y también con Orson Welles. Fue para mí una experiencia muy agradable conocer a Ordóñez en su propia tierra, como lo fue asistir una noche al estreno de la obra “Carmen”, de Merimée, en la Plaza de Toros de Ronda, según versión de Salvador Tavora.

Un último apunte sobre este tema. “En agosto de 1933 –escribe Carlos Pujol- Hemingway se trasladó a España donde asiste a numerosas corridas de toros y caza en Extremadura con su amigo Luis Quintanilla, quien hace su retrato”. Luis Quintanilla es el que sale en la foto, con una boina. Yo no sé dónde cazó el escritor, pero sería muy interesante conocerlo y divulgarlo ampliamente para hacer de ello un atractivo turístico de nuestra región, como lo es también Deleitosa (Cáceres), para el mundo estadounidense tras el viaje que hizo allí el fotógrafo Eugéne Smith, divulgando en millones de copias de la revista “Life” sus espléndidas e históricas imágenes de una villa española en tiempos de Franco.

En resumen, un agradable encuentro de uno de los libros más interesantes de la literatura moderna, con el que he podido relacionar el cariño que tengo a mi “patria chica”, que por cierto era el título de otra publicación brocense que en otra ocasión analizaré y estudiaré detenidamente.



Puede ver una película sobre Ernest Hemingway en este enlace: