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lunes, 27 de febrero de 2012

La invención de Hugo y el cine de Casimiro Ortas




El pasado viernes estuve viendo en un cine de Madrid la película “La invención de Hugo”, de Martín Scorsese, en tres dimensiones. Es una película sana, muy entretenida y con la que la familia puede pasar un rato muy agradable. Ya lo decía el propio Scorsese en una reciente entrevistas. He querido hacer una película para que la pueda ver mi hija de 12 años. Y a fe que lo ha conseguido.

En la película se hace un canto a aquellas primeras películas mudas del cine francés, con los hermanos Lumiere en una barraca de feria.. Creí seguro que iba a ganar más de un Óscar. Pues había ganado ya un Globo de Oro como mejor dirección.

Escribo este post (artículo) el lunes de los Óscar, cuando ya se conocen los resultados. La película “La invención de Hugo” apuntaba a 11 estatuillas. Sólo ha conseguido, cuatro premios técnicos. La gran triunfadora ha sido “The Artist”, una película en blanco y negro y muda

Para ver el trailer y más cosas: http://peliculas.labutaca.net/hugo-cabret y un relato, minuto a minuto de la gala de los Óscar en La Vanguardia:

http://www.lavanguardia.com/especiales/oscars/20120226/54259675073/oscar-2012.html

Y porqué traigo yo ahora esto aquí, porque de Hollywood me he trasladado a Brozas, donde un actor Briceño (Casimiro Ortas), de los años 30, protagonizó unas películas y también en blanco y negro y muda. Estoy tras ellas. Alguien me ha hablado de que existen algunos metrajes de sus películas en plata y que estaban a punto de perderse. Voy a ver si las localizo…

viernes, 17 de febrero de 2012

Porqué me gusta el turismo y soy periodista de turismo














Cuando era joven iba cada semana al cine en mi pueblo, en Brozas. El cine se parecía al de la película "Cinema Paraíso". Yo era amigo de los hijos de los propietarios y ayudaba en la cabina a rebobinar la película. Era un trabajo muy interesante.

Pero sobre todo buscaba encontrar algo más a través de la pantalla. Había vida en Roma, en París, en Londres o en Nueva York. Cada fin de semana iba al cine y me entusiasmaba ver cómo el mundo no se acababa en mi pequeña villa. Y lo comentaba con mis amigos.

Un día, cuando tenía 15 años, mi padre me preguntó qué quería ser cuando fuera mayor. Le contesté que periodista.

Él me dijo: “¿Pero esa gente no va a la guerra?” y yo le respondí que sí, pero que no todos. Yo quería estar entre la gente, dar a conocer los hechos sociales.

Fue a los 15 años como conseguí publicar mi primera crónica. Trataba de la labor de unos jóvenes de mi pueblo en favor del Domund, o Día Mundial de las Misiones. La publiqué en el periódico de la región y… bien orgulloso que estaba de ello.

Y unir esas dos actividades fue lo que me llevó a ser periodista y concretamente periodista de turismo.

Estudié Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información, en Madrid, de la primera promoción universitaria de periodista y antes de concluir la carrera me trasladé a la isla de Mallorca, donde trabaje en el periódico “Baleares”.

En el periódico trabajé en todas las secciones, desde la redacción central hasta publicar tristes sucesos hasta entrevistas con grandes personajes, como el escritor Jorge Luis Borges o el secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuellar.

Con el tiempo, creé el Gabinete de Prensa del Aeropuerto de Mallorca; fui miembro fundador de la Asociación Balear de Periodistas de Turismo; vicepresidente de la Asociación de Madrid y actualmente vicepresidente de la española o secretario general de la Academia Europea de Periodismo Turístico.

Como periodista de turismo en viajado a lugares en los que soñaba cuando era joven: la isla china de Hainán o las cataratas de Iguazú, la selva amazónica de Ecuador o visitar la ciudad de Yalta, en Crimea, donde tras la segunda guerra mundial se repartió el mundo; visitar el Líbano tras la guerra civil o conocer la sacrificada Bosnia. Mi último gran viaje fue cruzar la selva de Venezuela e ir en barca y a pie a la Catarata de Ángel, la catarata más alta del mundo con sus 984 metros de caída libre.









Eso es hacer turismo para mí

lunes, 13 de febrero de 2012

Ha muerto Germán Sánchez Ruipérez


Me acabo de enterar esta misma mañana por la radio. Una emisora decía que había muerto Germán Sánchez Ruipérez, el propietario de la editorial Anaya, de la que todos los estudiantes de España tienen al menos un libro de ella. Me he ido a la prensa diaria y es el diario La razón el que le dedica un mayor espacio, con un artículo de Víctor García de la Concha, anterior Director de la Real Academia Española y actual director del Instituto Cervantes.

Pero quiero hacer referencia aquí a la relación de Sánchez Ruipérez y Brozas. Cuando un servidor era un joven estudiante de periodismo, allá por octubre de 1974, alguien me pasa que se iba a inaugurar una nueva librería en la zona universitaria, en la Moncloa, concretamente en el Centro Comercial Galaxia, que después sería conocido como el lugar donde se fraguó el golpe de estado del 23 F, en la calle Giner de los ríos, 95. Ni corto ni perezoso me presento allí y me encuentro con este prohombre de las letras españolas. Ya era conocido como el editor de Anaya. Estuve charlando un ratito con él. Me pareció un hombre afable y correcto. Me presenté como un joven de Brozas. El se entusiasmó porque acababa de abrir allí la Librería… “El Brocense”.