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miércoles, 21 de enero de 2015

Ha muerto mi amigo Fernando Serrano Mangas

 
 

                Ha muerto Fernando Serrano Mangas, historiador de América. Ha sido una persona dedicada a la Historia de América. Le conocí en las jornadas de historia en Valencia de las Torres (Badajoz) y por nuestra buena amistad le traje para abrir con una magna conferencia a las Jornadas de Historia de Las Brozas “Nicolás de Ovando”, que un servidor tuvo a bien organizar. Nos habló de lo que más quería: El comercio marítimo con las  Indias.

                Ha sido un mazazo para mí el conocer la noticia, que me ha pasado mi paisano Isaac Pérez Lopo, a quien le otorgué una beca para que asistiera al curso que sobre el mundo judío y el turismo impartí hace años en Barcarrota (Badajoz) y que dirigió mi buen amigo Fernando como profesor de la Universidad de Extremadura. De estas jornadas tengo un buen recuerdo, ya que la Biblioteca Regional de Extremadura expuso exclusivamente para los profesores y alumnos la magnífica colección de libros conocidos como “La Biblioteca de Barcarrota”, libros prohibidos del siglo XVI que se encontraron empotrados en una casa de esta localidad pacense.

                Durante esta exposición privada tuve el gusto de poder tocar con mis manos algunos de estos libros, incluso la Editora Regional tuvo a bien regalarme un facsímil del libro “El Lazarillo de Tormes, edición de 1554, una de las joyas de la citada Biblioteca de Barcarrota y que fue muy bien estudiada por Fernando.

                Dada nuestra amistad, él me facilitó una de las obras más interesantes que poseo en mi pequeña biblioteca de bibliófilo, no en  balde soy miembro de la Unión de Bibliófilos de Extremadura, habiendo pertenecido a su junta directiva. Aquí el artículo que publiqué:

Una Minerva del siglo XVII

Hacia la mitad de cada año me suelo hacer un regalo por mi cumpleaños. Este 2011 ha sido muy bueno: Una “Minerva” de El Brocense publicada en el siglo XVII. Un buen amigo mío, historiador, Fernando Serrano Mangas, enterado de estos temas me ha conseguido esta obra a un buen precio, alto como corresponde a un libro de estas características. Sin embargo, el valor de un bibliófilo de poseer el libro más importante del escritor de Las Brozas es más apasionante que el precio.

La primera edición de “La Minerva” se editó en 1587 en Salamanca. Dado el éxito de esta gramática `publicada en latín, y su forma pedagógica de enseñar, el libro se publicó en numerosas ciudades europeas. Gramáticos como el suizo Ferdinand de Saussure, en el siglo XIX, y el norteamericano de la Escuela de Masachussets, Noam Chomsky, en el siglo XXI, creador de la gramática generativa, estudian y siguen en parte las teorías gramaticales de mi paisano El Brocense.

Pero el bibliófilo no sólo mira el contenido de la obra, sino también ama el objeto, la pieza en sí misma. El libro que acabo de adquirir está en muy bien estado a pesar de que saliera de la imprenta hace ya 324 años. Mide 17 x 10 centímetros y cuenta de 650 páginas más 51 dedicadas a la gramática latina.

En la primera página se puede leer: Francisci Sanctii. MINERVA. MDCLXXXVII. Y una anécdota: me cuentan que una persona que vio el libro dijo que era una obra que pertenecía a San Francisco. Sin duda alguna, puedo decir bien alto que me siento muy orgulloso de esta nueva adquisición para mi pequeña biblioteca de bibliófilo.

 

                La última vez que hablé con él fue el mismo día que concluyó el congreso nacional de Cronistas Oficiales que tuve el gusto de que se celebrara en la ciudad de Cáceres, en octubre de 2013. Fue una conversación amena y distendida en los salones del hotel Palacio de Oquendo. Eso me dejó un buen recuerdo de Fernando.