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lunes, 4 de abril de 2016

Se crea la Fundación “V Centenario Elio Antonio de Nebrija”


 

 
 


            Este fin de semana, el viajero ha participado en un singular acto que tiene trascendencia mundial por su repercusión en la lengua española: La creación en Lebrija (Sevilla) de la Fundación “V Centenario Elio Antonio Nebrija”, para conmemorar en 2022 el V centenario de la muerte del escritor de la primera gramática española. Preside esta fundación el periodista lebrijano Juan Cordero Rivera, residente en Logroño, pero que por amor a su patria chica, se desplazó desde la capital riojana.

            El acto oficial de creación de la nueva Fundación se celebró en el Patio de la Clavería, anexo al de los Naranjos, en el artístico templo de Nuestra Señora de la Oliva, que preside una preciosa imagen del escultor Alonso Cano. El acto fue presidido por la alcaldesa María José Fernández Muñoz; el presidente de la Fundación y el secretario de la misma, Antonio Guerrero Cortés, autor de la obra “ Nabrissa Veneria”, un paseo por la Lebrija romana de los siglos I y II después de Cristo.

            El evento estuvo repleto de público llegado desde la misma Lebrija y otros lugares de Sevilla, Málaga o Cádiz y del resto de España, incluido Extremadura, entre ellos el alcalde de Zalamea de la Serena, Miguel Ángel Fuentes de la Cruz, el pueblo donde estuvo instalada la Academia de la Lengua que dirigía Nebrija bajo al patronazgo de don Juan de Zúñiga, el último maestre de la Orden Militar de Alcántara; el profesor Jesús López Gómez, autor de “Nebrissen”, un libro que es un apasionante viaje por la comarca de La Serena del siglo XVI, y un servidor como cronista oficial de Las Brozas, villa en la que vivió durante tres años Antonio de Nebrija y que junto a Alcántara y Gata, forman las cinco localidades en las que el autor de la Gramática Española realizó su trabajo.

 

            El acto concluyó con el Ave María de un cantante flamenco, amigo del presidente Juan Cordero, llegado expresamente desde Sevilla. Posteriormente se pasó a una toma de un vino español, con caldos de la localidad, uno blanco y otro una manzanilla fina, son vinos con Denominación de Origen “Vino de Lebrija y El Cuervo”, una antigua pedanía de la localidad,  hoy ayuntamiento independiente. Probé dios de ellos, uno suave, tierno y femenino “Viento en la cara” y otro una rica y exultante M.fina “González Palacios”, una bodega lebrijana,  cuyos caldos se producen a la vera del Guadalquivir y con aires marinos, verdadera delicia para el paladar. www.gonzalezpalacios.com

 

            La segunda jornada comenzó en la Plaza de España, o plaza de los hombres, a la altura del monumento a Nebrija, colocado allí en 1944, para desde aquí ir a desayunar, en el bar de una estrecha callejuela, una manteca colorá con un panecillo mollete que daba gusto en un bar repleto de mujeres que hablaban muy alto de sus cosas; de vez en cuando algún camarero siseaba con sus labios un sssshhhh, pero ellas iban a lo suyo.
 
 

            Una ruta turística por el pueblo comenzó en el patio de la única alfarería que hay ya en el pueblo, propiedad de Juan Sebastián López, hijo y nieto de alfarero y que produce desde macetas hasta cántaros, sin olvidarse de las típicas huchas que todos teníamos de niños y que yo adquirí una con forma de cerdito para mi nieta. Subimos una cuesta hasta el número 45 de la calle Antonio de Nebrija, donde nació el gramático y donde la Fundación pretende colocar una placa para reconocimiento del lugar.

            Un visita relativamente rápida por las ruinas del castillo, muy destrozado con el paso de los siglos, y desde donde se aprecia  la zona (finca de Higueras del Pintado) donde los alfareros sacaban la tierra para su trabajo y se halló en 1923 un tesoro tartésico, del siglo VII antes de Cristo, consistentes en siete candelabros de oro, uno de ellos hoy desparecido y el resto en el Museo Arqueológico Nacional.

 
            La visita concluye en el templo parroquial de Nuestra Señora de la Oliva, donde la tarde anterior se firmó la creación de la Fundación “V Centenario Elio Antonio de Nebrija” en presencia de la notaria de la localidad y donde se halla, en una esquina del patio de los naranjos, la pila bautismal donde se cristianó el nebrijense.